viernes, 20 de agosto de 2010

¿Estará bueno o no?

Estos, que son los últimos días que estaré en Guatemala, me siento como aquel grupo de científicos que dispusieron hacer una recolección mundial de semillas con el propósito de que dentro de muchísimos años, se tengan a disposición estas especies por si surgiera alguna catástrofe, o si alguna de ellas desapareciera.

En mi caso, no recolecto semillas. Estoy recolectando recuerdos, pues sé que este país con todo y sus problemas y a pesar que no puedo ser optimista sobre su futuro, es un país imposible de dejar de querer; así que estoy convencido que me vendrá una catástrofe sentimental dentro de poco, así que recurriré a mi semillero de recuerdos que para eso está.

Algunos recuerdos no los publico por ser muy personales y porque creo que no significan mucho para los demás. Sin embargo hoy estuve recordando mi infancia y todas las horas que pasaba prendido al televisor viendo los partidos de Beisbol, narrados por el inigualable Abdón Rodríguez Zea. ¡Qué momentos aquellos!

Me parece estar escuchando su fabulosa forma de narrar con aquellas frases que marcaron época, como por ejemplo:
• ¡Y la bola se va, se va… se fue!
• ¡Te fuiste Marcelina!
• ¡Mañana es el día internacional del caldo!
• ¡Aveeee Maríaaaa Purísima!
• ¡Arriba Chicacao!
• ¿Estará bueno o no?
• Que gane el mejor, pero mejor si ganamos nosotros.
Además recuerdo que con él escuché por primera vez más de alguna canción como por ejemplo “Quisiera ser un pez”, ya que era tradición que entre innings ponía música para ambientar estas transmisiones. Aunque por supuesto que ninguna de estas canciones podrá nunca sustituir la famosa “Velvet Hands” o “Manos de Terciopelo” de Bebu Silvetti pues con solo oírla nos transportamos a aquella época que fue simplemente maravillosa.

Fue allá por los 80’s que la extraordinaria narración de Abdón me hizo seguidor de este deporte, pues en mi casa a nadie le gustó nunca el Beisbol y menos a mi padre que era fanático del futbol; además, por esos días también decidí que mi equipo favorito sería el de los Yankees de New York. Tanto fue así que al primer perro que tuvimos en casa le puse el nombre de “Yankee”.

En paz descanse el maestro Abdón Rodriguez Zea y con él, aquella época en que todavía se transmitía el beisbol en Guatemala.



miércoles, 18 de agosto de 2010

El Doctor Giammattei y su huelga de hambre

Muchas personas me han mostrado su apoyo para el doctor Giammattei y lo conmovidos que están porque es "un perseguido político" en este "valle de lágrimas" por el que está pasando. Incluso alguien me preguntó lo que yo pensaba y abiertamente expondré aquí mis puntos de vista esperando que si cualquiera está en contra, no lo tome tan apecho, que al final es solo mi humilde opinión. Allí voy pues:

Independientemente de la culpabilidad o inocencia del Dr. Giammattei, se ha desvirtuado completamente la imagen que se tenía sobre su persona, al esconderse y posteriormente iniciar una huelga de hambre a la que no se le encuentra el más mínimo sentido. Además escogió como refugio una embajada cuyo gobierno actual surgió de acontecimientos vergonzosos, anacrónicos y sangrientos que incluyeron entre otras artimañas una carta de renuncia del presidente democráticamente electo y que resultó ser falsa, además de un inconcebible derramamiento de sangre y violaciones a los derechos humanos.

Por estos hechos, me pareciera que el Doctor Giammattei quiso aprovechar el favor concedido a los golpistas hondureños por parte de la cúpula empresarial guatemalteca que apoyó este proceso tan inaceptable, organizando la peregrinación de una comisión representada por uno de los sectores más recalcitrantes, que no solo hizo visitas de cortesía cuando buena parte del conjunto de naciones no estaba de acuerdo, sino que también lo hizo en contra de la política de nación establecida por las autoridades guatemaltecas para este delicado asunto. De ser así, yo entendiera que el Dr. Giammattei no contaba con que el gobierno del presidente Lobo no lo apoyaría porque no estaría dispuesto a ser tildado tan duramente una vez más por el entorno internacional que tanto ha luchado por reconquistar. Además no puedo dejar de preguntarme ¿Por qué no escogió otra embajada como la italiana por ejemplo?

Por otra parte, algunos dicen que era justo lo que el Gobierno de Berger le habría hecho a estos delincuentes que no merecían seguir viviendo –asumiendo que fue realmente una ejecución extrajudicial-. En este sentido, a pesar de parecer este supuesto crimen un hecho de "justicia" –utilizando el término hasta el extremo del talión- definitivamente no fue un hecho legal, pero lamentablemente lo que nos parece justo no siempre es legal y es allí donde debemos poner a funcionar nuestros criterios morales y éticos.

Debo confesar que a mí también me hierve la sangre con toda la violencia que nos tiene de rodillas y que cada vez me conmueve menos cuando este tipo de cosas sucede, pero estoy tratando de creer que este país todavía puede cambiar si todas las acciones se circunscriben al respeto y –por supuesto- cumplimiento de las leyes vigentes. De verdad quisiera que se hiciera un último intento, pues de lo contrario el camino que nos queda será un río de sangre y miseria que muy posiblemente termine con resultados muy inferiores a los esperados.

Es cierto también que hay casos más delicados por resolver, sin embargo esto no es excusa para evadir este proceso pendiente, además tampoco esto descarta la posibilidad de que se cometió un delito el día de la toma de Pavon, por lo que si ya se tienen estas cartas sobre la mesa, habrá que jugarlas conforme el marco legal existente, no solo con el doctor Giammattei, sino también con el resto de acusados pendientes de captura.

Sinceramente lamento mucho la situación del Dr. Giammattei pero creo que lo que le corresponde es hacer frente a un proceso legal en su contra y defenderse por medio de recursos legales y no con acciones sin sentido que buscan conmover –que no convencer- a la corte legal y a la opinión pública.
Veamos también la opinión que tienen los hondureños sobre el Doctor Giammattei:

viernes, 23 de julio de 2010

Notas Musicales

Escuchar a Glenn Miller me recuerda a mis padres. Desde que tengo memoria en la casa siempre ha existido equipo de sonido, pero ahora recuerdo un aparato de finales de los años 70´s, que tenía la peculiaridad de ser muy pequeño para la época y tener un radio ¡Pero a la vez era tocadiscos! (para acetatos por supuesto), toda una maravilla de la tecnología. Era de color rojo y beige, pero no se burlen patojos, porque en esa época retro era toda una belleza, sin embargo he de reconocer que es lógico que 30 años después se perciba tan kitsch, además recuerden que mucho de lo que se diseñó para la música por aquellos años, era inspirado después de algunas dosis de LSD.

Ahora que me he vuelto temporalmente “ave de paso” regresé unos días a la casa de mis padres y recuerdo que cuando éramos niños siempre nos despertaba la música de las grandes bandas. Era normal que el primero que se levantaba, aún si era día de trabajo, encendía el equipo de sonido para ambientar la casa. Una de la reglas inquebrantables que aprendí de mi padre, es que el día de descanso uno debe levantarse temprano para sentir que realmente estuvo descansando y aunque no parezca, funciona y es mucho mejor si se escucha música como la de Miller o la hermosa bossa nova de Antonio Carlos Jobim, quien se inmortalizó con la célebre “Garota de Ipanema”.

Por las noches cambiaba un poco la tonada. En lugar de escuchar esa música de las mañanas, le tocaba el turno a los boleros. Recuerdo ahora a mi padre sentado fumando mientras contaba historias de sus años de juventud, mientras mi madre colocaba la mesa, pero estas historias a menudo eran interrumpidas porque sonaba alguna parte de un bolero que queríamos oír para “meditar” la letra o bien para cantarla. Creo que los boleros son la única música mexicana que de verdad me gusta, pues no le encuentro gracia ni a las rancheras, ni mucho menos al Tex-Mex o al “pasito duranguense”.

Ahora descubrí que mis padres todavía encienden el radio todos los días antes de irse al trabajo, pero la mayoría de las veces ya no es para oír música, sino para escuchar noticias para saber a qué atenerse con la violencia durante el día. Cuando se está en guerra, se deben tomar este tipo de precauciones.

jueves, 4 de marzo de 2010

GUATE SURREALISTA

Guate pareciera surrealista: Tan hermosa como compleja de entender.

El viernes iniciamos los trámites para formar parte oficial de la Diáspora Guatemalteca. En realidad es solo un formalismo porque yo ya no estoy en esta Guatemala desde que alguien me exigió a pensar. (O digamos que al menos no quiero estar).

Estábamos varados a las 11:45 en la esquina de la 7ma. Avenida y 9na. Calle de la zona 1, gracias a una manifestación de maestros organizada por un tal Joviel. Todo el tráfico se detuvo, permanecíamos en silencio con los motores apagados viendo pasar a uno que otro policía y a muchos profesores rurales que parecían sin rumbo. De pronto, sobre la 8va. Avenida, emergió un torbellino de cientos de maestros corriendo y gritando no se qué cosas.

Aparecieron de repente algunos vendedores con carretas de construcción o canastas llenas de bolsitas de agua pura y uno que otro bocadillo; sonreían por la oportunidad de generarse unos centavitos extras en esta ola de descontento docente formada por personas utilizadas para no sé qué fines.

Algunos edificios de la zona 1 me parecen bonitos. No así el edificio “El Centro” en cuya banqueta un grupo de maestras con viseras en las cabezas y morrales atravesados, conversaban cansadas y desanimadas… o más bien tristes y casi tan ajenas a la “protesta organizada” como nosotros. Pensé en los años en que quise ser maestro y sin meditarlo dije “De la que lo salva Diosito a uno” y me pasó por la mente que es muy probable que con ese mismo ánimo estas maestras den las clases en sus aulas. ¿Y cómo podría ser de otra manera? Ese es resultado del poco valor que en el país se le da a todo lo que sirve a su recurso más preciado: Los niños y la juventud.

En la esquina, a nuestra derecha, un anciano tocaba un saxofón desafinado y triste. Aunque él se veía hasta cierto punto emocionado porque mucha gente iba y venía, sin embargo en su palanganita no cayeron muchas monedas.

Entré como en otra dimensión gracias a esa mescolanza de imágenes y sonidos (Edificios, gente, gritos, carretas, maestras hablando, gorgoritos de policías y de manifestantes y sirenas de las patrullas sonando de vez en cuando) pero fui violentamente regresado a esta dimensión guatemalteca, porque comenzaron a arrancar los motores de los carros que lograban ir contra la vía sobre la 9na. Calle y tuve que reaccionar tan pronto como fue posible.

Ya de regreso quise pasar a ver al Buki a la sexta avenida para ver si me tenía alguna de las películas chafas que le encargué, pero era tarde y nuestra hija nos esperaba en el colegio.

Después de ver caer a la alta cúpula de la policía por tumbar drogas, el caso Rosemberg, el robo de armas al Ejército, entre otras noticias nacionales, este debe ser el único lugar del universo en el que ves las cosas reales y pareciera que estás viendo un extraño cuadro de Max Ernst.