Estos, que son los últimos días que estaré en Guatemala, me siento como aquel grupo de científicos que dispusieron hacer una recolección mundial de semillas con el propósito de que dentro de muchísimos años, se tengan a disposición estas especies por si surgiera alguna catástrofe, o si alguna de ellas desapareciera.
En mi caso, no recolecto semillas. Estoy recolectando recuerdos, pues sé que este país con todo y sus problemas y a pesar que no puedo ser optimista sobre su futuro, es un país imposible de dejar de querer; así que estoy convencido que me vendrá una catástrofe sentimental dentro de poco, así que recurriré a mi semillero de recuerdos que para eso está.
Algunos recuerdos no los publico por ser muy personales y porque creo que no significan mucho para los demás. Sin embargo hoy estuve recordando mi infancia y todas las horas que pasaba prendido al televisor viendo los partidos de Beisbol, narrados por el inigualable Abdón Rodríguez Zea. ¡Qué momentos aquellos!
Me parece estar escuchando su fabulosa forma de narrar con aquellas frases que marcaron época, como por ejemplo:
• ¡Y la bola se va, se va… se fue!
• ¡Te fuiste Marcelina!
• ¡Mañana es el día internacional del caldo!
• ¡Aveeee Maríaaaa Purísima!
• ¡Arriba Chicacao!
• ¿Estará bueno o no?
• Que gane el mejor, pero mejor si ganamos nosotros.
Además recuerdo que con él escuché por primera vez más de alguna canción como por ejemplo “Quisiera ser un pez”, ya que era tradición que entre innings ponía música para ambientar estas transmisiones. Aunque por supuesto que ninguna de estas canciones podrá nunca sustituir la famosa “Velvet Hands” o “Manos de Terciopelo” de Bebu Silvetti pues con solo oírla nos transportamos a aquella época que fue simplemente maravillosa.
Fue allá por los 80’s que la extraordinaria narración de Abdón me hizo seguidor de este deporte, pues en mi casa a nadie le gustó nunca el Beisbol y menos a mi padre que era fanático del futbol; además, por esos días también decidí que mi equipo favorito sería el de los Yankees de New York. Tanto fue así que al primer perro que tuvimos en casa le puse el nombre de “Yankee”.
En paz descanse el maestro Abdón Rodriguez Zea y con él, aquella época en que todavía se transmitía el beisbol en Guatemala.
2 comentarios:
Vos es que con Abdón aunque no supieras de Base aprendías. En mi casa solo somos dos beisbolitas los demás son futboleros y rojos para más joder!!
No sabía que te habías ído de Guate. Bienvenido al grupo de los fugados queriendo regresar!
Te fuiste Marcelina. Qué recuerdos vos!
Que recuerdos...
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