viernes, 7 de diciembre de 2007

DOS CON QUINCE

5 de diciembre de 2005
Mi esposa tuvo otra hemorragia, más fuerte que las anteriores. Así que como a las siete de la noche estábamos nuevamente en la clínica de la doctora.


Dos semanas antes, nuestra hija había nacido pesando solamente dos libras con quince onzas, a las 14:15. Mi esposa había estado a punto de perder la vida en el parto, debido a un problema poco común llamado Acretismo Placentario, que consiste más o menos en que la placenta echa “raíces” que se aferran al útero y hasta en los intestinos, ocasionando en la mayoría de los casos, la muerte. Estas “raíces” son en realidad tubos llenos de sangre, por lo que durante el parto mi esposa perdió tanta sangre que casi muere. Yo estuve allí: Recuerdo una cubeta con una cantidad de sangre como yo nunca había visto en mi vida. Mi esposa estaba hinchada pues trataban de mantenerla con vida a base de sueros, de los cuales solo quedaban los envases por todos lados del quirófano. Sangre: era todo lo que veía. Mi esposa esbelta y hermosa, se había convertido en un cuerpo hinchado y casi inconsciente de aquella realidad, luchaba por su vida y lo único que hacía era preguntar con las pocas palabras que le quedaban: “¿Y mi hija? ¡¿Está bien?! ¡¿Le contaste los deditos… están completos?!


Fueron varias horas en las que no sé de donde saqué fuerzas para no solo estar allí, sino atender el teléfono y hacer llamadas conforme me lo pedían los doctores, pude también soportar ver como entraban y salían aparatos y especialistas: Cardiólogo, anestesista, infectólogo, etc. A los amigos y familiares que estaban afuera solo les preocupaban dos cosas: Que mi esposa estuviera bien, y a cuánto estaba ascendiendo la cuenta. En Guatemala si no tenés un buen seguro médico, la depresión post-parto nos puede dar a los maridos ;) La cuenta llegó a cantidades jamás imaginadas porque se necesitaron exámenes, especialistas, transfusiones de sangre, además de los dos intensivos de los siguientes días.


Del trabajo corría al sanatorio y cuando llegaba a mi casa, sentía físicamente, una sombra negra que deambulaba los alrededores. Era como un ángel de la muerte que asechaba a mi familia como ave de rapiña esperando que caiga su presa. Una noche llegué sin fuerzas y recurrí una vez más a Dios. Ese día había pedido un estado de cuenta parcial y era tanto el dinero que no sabía de dónde iba a salir. Así que impuse las manos sobre los papeles, ignoré al ángel de la muerte y confié. Es lo bueno de estos momentos del extremo, en que ya no te sirve nada más que confiar.


Mi esposa salió del intensivo muy delicada y como no teníamos opción, tomamos la terrible decisión de sacar a nuestra hijita aún con dos libras y quince onzas del sanatorio. El pediatra hizo hasta lo imposible por pasarla al IGSS (Seguro Social), pero estaba ocupado, así que nos consiguió una incubadora en el Roosevelt (Hospital público). Cuando llegamos allí, tuvimos que entrar por la emergencia para dar datos. Aquello parecía un burdel: Un “médico” (si se le puede llamar así) practicante estaba haciendo comentarios racistas contra una pobre mujer indígena embarazada porque tenía dolores y apenas tendría su quinto mes de embarazo, pedía ser ingresada por temor de perder a su hijo, pero fue rechazada y le dijeron que regresara hasta el noveno mes. El séquito de “enfermeras” le reían las gracias y comentaban también: “¡No Pirir! Mirate a esta pues, que la ingresemos dice y le falta bastante y hasta su sabana traía jajaja”. La señora enrolló su sábana vieja y rota, dio la vuelta avergonzada y se fue. Recuerdo ahora lo del evangelio de san Marcos que dice: “Si en algún lugar no los escuchan y no los reciben, sacudan el polvo de sus pies, como protesta contra ellos”.


A mi hija la sacaron de la incubadora de la ambulancia y la colocaron en una camita descubierta de la emergencia. De pronto se aparece otra practicante con ínfulas de experta, que se estaba comiendo un Tortrix (bolsita de snacks). Cuando hablaba escupía partículas sobre mi hijita y con la mano libre la tocaba toda y decía estupideces como: “Lo que tiene su hija es pulmonía”, “lo que pasa es que su señora no se alimentó bien en el embarazo”, “ustedes seguro se equivocaron en la cuenta, pues esta niña es de tiempo completo, no es prematura”, etc.


Cuando pedimos que por favor la pusieran en incubadora, una enfermera de aspecto desagradable, fue clara en su sentencia y puso las cartas sobre la mesa diciendo: “Ustedes aquí están en un hospital público y no en el sanatorio. En el sanatorio de donde vienen están acostumbrados a la CALIDÁ, aquí estamos acostumbrados a la CANTIDÁ”.


En ese momento mi esposa convaleciente, mi familia y yo no teníamos más opción que soportar aquellas cosas porque temimos que si decíamos algo, se desquitaran con nuestra hijita que se quedaría en aquellas manos. ¿Qué otra cosa podíamos pensar de gente que era indiferente al dolor ajeno?


Tuvimos que resignarnos y cuando estábamos en el carro, Dios me permitió sentir confianza y le dije a mi familia: “No nos queda más que confiar en Dios, al final Dios es tan Dios en el sanatorio, como lo es en este lugar” y Dios fue Dios. Mi hija fue trasladada al intensivo y comprobamos lo que el pediatra nos decía, pues es un excelente intensivo con un personal bien calificado, desde los especialistas hasta los conserjes, pasando por enfermeras y personal administrativo.


Pero el 5 de diciembre, en la víspera de mi cumpleaños, la doctora nos dijo que la hemorragia casi estaba controlada, pero que mi esposa debía ser operada en ese momento pues debían quitarle lo antes posible el útero y temía que si se desangraba en la casa, no diera ni siquiera tiempo de llegar a un hospital. Nos aclaró las cosas diciendo que debido a la pérdida de sangre de hacía quince días, estaba tan débil que no existía ninguna garantía de que saliera de aquella operación. Nos sentimos destruidos. Mi esposa pidió un momento para pensarlo y se dirigió lentamente hacia el baño, dando pequeños pasitos conforme sus pocas fuerzas se lo permitían. Sintió en ese momento lo que sintió Nuestro Señor Jesucristo en la cruz: “Padre, ¡¿Por qué me has abandonado!?” podía haber estado el mundo entero con nosotros en aquella clínica, que mi esposa se hubiese sentido sola. Unos minutos después tomó una decisión, con ese carácter que solo ella podía tener: No estaba lista para morir así. Contra mi voluntad, no quiso contar nada a su familia en Costa Rica, debido a que mi suegra padece del corazón, así que escribió unas cartas despidiéndose y aclarando que me había obligado a callar. Además necesitaba reconciliarse con Dios, y sobre todo, despedirse de su hijita. Así que la apoyé y nos arriesgamos. Llegamos a la casa y oramos al buen Dios para que nos ayudara. Mi esposa clamaba: “¡Señor, no me quites la vida! ¡Piensa que no es cualquier mujer la que te lo pide, es una madre que solo quiere estar con su hijita!”


Ya fortalecidos con la oración, hablamos con toda tranquilidad del futuro sin ella, lo que quería para su hijita, lo que yo le diría de su mamá, cómo pagaríamos las deudas, tanto anteriores, como la de la nueva operación y tantas cosas más. Nos despedimos con un fuerte abrazo que nos uniría para siempre.


Al día siguiente, es decir, el 6 de diciembre de 2005, día de mi cumpleaños, la llevé al Roosevelt y casi sin poder caminar se dirigió hacia el intensivo de pediatría a despedirse de la bebita. Nada fue más doloroso que aquello.


6 de diciembre de 2007
Por la mañana cuando estoy saliendo del baño, escucho las hermosas carcajadas de mi hija, y esa vocecita diciendo: “Papi” “papi”. Entro a la habitación y la abrazo fuertemente porque es mi cumpleaños. Me dirijo a la cocina con ella en los brazos y veo a mi esposa que me recibe con un excelente desayuno especial.


Por la noche, después del trabajo, me dirijo hacia mi casa porque mi esposa y mi hija me esperan con la casa llena de globos y un cartel que ambas pintaron y que dice: “Feliz Cumpleaños Papi”, además de una cena deliciosa que consiste en una carne en salsa roja, arroz y vegetales, acompañada de un exquisito vino Concha y Toro, Cabernet Suavignon y un delicioso postre que consiste en un pastel de melocotones.


Hoy estamos celebrando la vida de los tres, pues los tres estamos muy bien, completamente bien: Nuestra hijita está completamente sana, mi esposa aunque perdió el útero, está completamente sana también, y yo aunque todavía un poco endeudado estoy excelentemente bien. Ahora vemos la vida de diferente manera y cada día juntos es motivo de alegría y de dar gracias a Dios.
Hemos empezado de nuevo: En una casa más pequeña, con un carro más viejito pero con mucha más alegría y felicidad que antes. Queremos recuperar todo el tiempo que hemos perdido a lo largo de nuestras vidas, hemos retomado nuestros estudios, seguimos luchando por nuestros sueños y estamos retomando nuestros ideales.


Escribo esto para dar Gracias a Dios, porque fue, es y seguirá siendo Dios y es bueno. También para dar gracias a tantos amigos y familiares que nos apoyaron en aquellos momentos difíciles, tanto con sus oraciones, su compañía e incluso con su apoyo económico. Quisiera mencionar nombres pero son tantos que prefiero pedirle a Dios por cada uno de ellos.


Cuando paso momentos difíciles, pienso en mi pequeña hijita de dos libras y quince onzas, luchando por aferrarse a la vida en un intensivo y eso me da fuerzas para seguir adelante. Como dice mi suegra: “Debemos comernos las verdes, para disfrutar más de las maduras”.

24 comentarios:

EL ENMASCARADO dijo...

FELICIDADES!

YO TENGO Mijo DE REPENTE HACEMOS TRATO COMO HACIAN LOS ABUELOS.
CRECEN RAPIDO MANITO.

Anónimo dijo...

Pocas cosas en la vida me han conmovido tanto como esta experiencia vivida al lado de quien la sufrió. Yo, que a veces (muchas quizás) soy de corazón duro y de indiferencia innata, recuerdo esos momentos y muchos otros que de plano no cupieron en tu post, como algo muy pero muy dificil de sobrellevar.

No sabes cuánta alegría me da el verte contando parte de tu historia, tan lleno de felicidad y de gratitud ante Aquel que nos dio la vida y que se le dio de manera espectacular a tu esposa e hija, y por qué no, también a vos como bien lo expresás en tu perfil.

Enhorabuena!

la-filistea dijo...

Yo deje pasar unos momentos para poder escribir.

Resmiendo: me alegra mucho que el día de tu cumpleaños se agradezca en un trípode imaginario.

Besos a tu bebita!.

Feliz Cumpleños de paso.
La familia y los amigos (verdaderos) en momentos difíciles siempre están presentes en llamadas, oraciones, cualquier detalle es una deuda que queda por vida.

..
Y es posible que esto haya sido en Guatemala, ahí en el Roosevelt, las enfermeras, mas parecen pantioneras (algunas).
Pobre la señora que llegó. Me la imagino, y me da mucha tristeza, uno como madre sabe cuando las cosas en su embarazo no andan bien.

¡Tambien espero de corazón que ella esté bien!

Abrazos.

Anónimo dijo...

mano me dejaste sin palabras... solo QUE DIOS LOS SIGA BENDICIENDO MUCHO!.

Por cierto felíz cumpleaños atrasado (no sabia la fecha conste!).

juliorantes

SCD dijo...

Pues me alegra saber que no fui el unico que se quedó sin palabras, de verdad que me alegro no solo que hayas superado junto con tu familia esa situacion, sino que ahora al recordarla la veas desde el lado amable, de verdad que eso dice mucho de como sos.
Ah si, tambien te felicito por el cumpleaños.
Saludos!!!

EDS dijo...

Enmascarado:
Ya vi a tu hijo, asi que trato hecho!! jajaja

Wiwi:
De verdad que no tengo ni tendré nunca palabras para agradecerte TODO ese apoyo que nos diste en esos momentos y nos seguis dando hasta ahora. Dios te devolverá multiplicado todo eso pues sos de las personas que cuando da lo hace sin esperar nada a cambio. GRACIAS!

Prima Filistea:
Gracias por tus comentarios y por tus buenos deseos! un abrazo.

Julius:
Gracias, Dios te bendiga también!

SCD:
Gracias por tus saludos y deseos amigo, un saludo.

Unknown dijo...

Mi querido EDS, la vida jamás nos pone por delante problemas, que no seamos capaces de solucinar. Nuestras capacidades y fortalezas crecen, con las adversidades, desde el dolor logramos ser mejores seres humanos y tu eres una excelente persona.
Sin duda la experiencia, que viviste fue muy dura y dolorosa, pero también te ha permitido replantearte la vida.... siempre digo, que las cosas que nos suceden tienen una razón de ser...
Tu blog, está, cada día mas interesante y te felicito por ello, se te echa mucho de menos en el post, cómo yo estuve fuera le encargué a Ona, que te saludara en tu cumpleaños y espero hayas disfrutado, como te mereces, junto a tu hermosa familia.
Un gran abrazo
Pilar

Anónimo dijo...

Edy te felicito por las cosas tan lindas que escribiste, pero sobre todo porque reconoces la mano de Dios en todo, recordà que el cumple su promesas, y ustedes son un testimonio vivo del amor de Dios
yo me gozo contigo y le doy gracias a Dios por existir ustedes en mi vida, han sido como angeles para mi y familia. los quiero
chatia

Arq. Erick Meléndez-Arquitectura Escenica dijo...

Que puedo decir, parcialmente estuve allí y jamás he visto a una mujer dar tanta fortaleza a su pareja para confiar en Dios.

Anónimo dijo...

Estimado EDS, cómo me alegro que a pesar de todo lo acontecido en esos momentos, las cosas salieran bien.A pesar de no conocernos apenas, tus palabras transmiten y reflejan lo bella persona que eres y lo mucho que te estiman (y lo mucho que tú también estimas).Tus vivencias son el claro reflejo de lo que es tener fe y agradecimiento a la vida.

Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros.

Y de nuevo, Felicidades!!! Pero ahora por partida triple!!!

Besos, Ona.

EDS dijo...

Pilar:
¡Que gusto que hayas pasado! Tenes razon, yo creo que cada experiencia dura nos hace mejores personas. Muchas gracias por tus comentarios amiga, y ya pronto trataré de reincorporarme con ustedes!!

Chatía:
Vieras la alegría que me da que compartas conmigo en este blog, porque si alguien es ejemplo de perseverancia y fe eres tú. Para mi eres como una hermana más y sé que sus oraciones nunca nos faltaron. Un abrazo.

Black Out:
Buena onda mano, mucha gracias porque estuvieron con nosotros, saludos y felicitaciones por el blog.

Ona:
Muchas gracias por tus comentarios, personalmente aunque no nos conocemos mucho como bien dices, siento por tí un aprecio especial porque se percibe tu calidad humana, Saludos.

PROSÓDICA dijo...

Es la primera vez que lloro ante un post ajeno (por que aveces cuando escribo los míos lloro). Te entiendo tanto. Yo también tuve que tener a mi bebe de emergencia por que me dio Preclamsia y tanto mi vida como la de mi bebe estuvieron en riesgo durante toda la operacion...las cuentas ni hablar!!!. Y recuerdo que antes de que me ingresaran al quirófano las últimas palabras de discusión con mi esposo fueron mi insistencia de que la bebé era primero que yo y que yo escogía que ella viviera aunque yo muriera, y cómo el me decía lo contrario (difícil imaginar tener que escoger entre dos vidas en instantes). Recuerdo que lo primero que dije cuando salió de mi vientre, estando yo algo incosciente fue "quiero verla, quiero verla, necesito ver que esté bien".
Lo más lindo de todo tu post es que Dios es el 90% de la historia. Todo sucede por una razón mayor y debemos tener fe en ello.
Felicidades a los tres!!!! y que Dios nos siga demostrando que los milagros existen a través de historias como la tuya.

Abrazos

EDS dijo...

Prosódica:
Qué te dire? "solo el que la sabe la reza", como dicen.

Muchas pero muchas gracias por compartir este testimonio tan hermoso de milagros actuales, y gracias también por tus buenos deseos.

Abrazos.

Black dijo...

el milagro de la vida reflejado en tu hija, maestro como siempre los post tuyos me dejan sin palabras, que orgulloso padre sos y demas estara decirlo por que se que asi es valora lo que tenes es lo mas sagrado ver tus ojos reflejados en tu hija ese ser que es creación de dios y participación tuya, me quedaron ganas hasta de tener un hijo despues de leer este post... gracias por tus comentarios acerca del proyecto blogero de navidad, esperamos tu colaboracion en todo aspecto.

Indigo dijo...

EDS,

Feliz cumpleaños. Y un dulce beso a tu pequeña princesa recien nacida. Y otro para tu esposa. Veo que somos del mismo mes y separados por un par de dias. Y bien, tu posting me conmovió muchísimo. En primer lugar porque me recordaste un viejo dicho que la Madre Teresa solía decir: "tener fé es cosa de creerla, aunque no se vean señales por el camino." Por el otro, porque me identifiqué con vos por todo lo que pasaste en el hospital con tu esposa. Fijate que nada menos este año, yo por poco y pierdo a mi esposo. Fue una pesadilla horrible de la cual era como que si el alma se me partía en un dolor tan profundo, que nunca, pero nunca, quiero volver a sentir. Esa experiencia me cambió la vida y me hizo poner muchisimas cosas en perspectiva. Tambiem, es extraño, cuanto valor pierde el dinero cuando alguien que uno quiere esta enfermo; pues a nadie le importa el como ni el donde saldra para pagar las cuentas--salvo que la salud de quien quieres te sea devuelta.

Pero bien, eso que mencionaste de las risas y los maltratos de esas enfermeras, me entristecieron mucho. Me recordó la noticia de una pobre mujer que se fue a tener a su hijo al hospital. Pero como no tenia dinero, las enfermeras la echaron a la calle. Y una vez en la cuneta, la mujer no tuvo mas remedio que dar a luz en la calle... y en medio del trafico y la gente viendo. Vieras que esas cosas me dan una rabia incontenible; pues no entiendo porque los seres humanos son tan duramente crueles cuando ven a alguien humilde y necesitado.

EDS dijo...

Mago:
Muchas gracias, vieras que en realidad tener un hijo (o hija) es algo tan indescriptible, que definitivamente te lo recomiendo. Por supuesto que a su tiempo va vos. Ya sabes, que alli estamos, voy a poster algo hoy por la tarde para lo que hablamos de navidad.

Indigo:
Amiga que experiencia tan dura ha de haber sido. pero al final hasta le damos gracias a Dios por permitirnos pasar por esas situaciones. Gracias por pasar y nos seguimos leyendo...

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

De verdad que cuando leo cosas así se me parte el alma y me dan ganas de "espabilar" a ciertos políticos, que para un derecho básico se tenga que pasar estos tragos. Es muy fuerte.
Un abrazo y mis felicitaciones con retraso.

EDS dijo...

Goathe:
Gracias por la visita, y pues esa es la lucha, mejorar las condiciones sociales. Un abrazo tambi�n

Anónimo dijo...

Es hermosa tu entrada, bueno es contraste porque sentiste dolor y estuviste a perdido, te admiro, yo,hubiera salido corriendo no soy tan fuerte como tú y mi fe esta muy pobre, bueno todo es un maravilloso regalo, felicidades por tu hija y felicidades por tu esposa, no te conozco pero alguna vez, este país es pequeño ¿no?. Debo también agradecerte el comentario, sin duda no será la última vez que te visite y gracias por enseñarme a apreciar cada instante de la vida.

EDS dijo...

Cygnus:
Que agradable sorpresa tenerte por acá, gracias por la visita y gracias también por tus comentarios. Saludos y claro de repente hay chance de hacer algo sobre lo que decías en tu blog.

Saludos.

Anónimo dijo...

Aunque en circunstancias distintas, mi nene nació pesando alrededor de 3 libras y también fue prematuro. Tu relato me ha conmovido mucho, me alegra que ahora estén bien. La imagen de la mujer indígena no puedo olvidarla, en serio.

EDS dijo...

Que hubo Charakotel, entonces me comprendes mendez. Son esas cosas que te cambian la percepción de la vida y sus vanidades.

Que gustazo tenerte por acá manito. Un fuerte abrazo.

Maria Fernanda dijo...

Maria Fernanda(Mafesita)

Les agradecemos por sus oraciones
y gracias por darnos palabras de aliento, nos alegramos que tuviesen un final feliz luego de sufrir una horiible pesadia muchas gracias, esperamos que tengan una Feliz Navidad y un Año Nuevo

atte.
Familia Claveria

EDS dijo...

Estimada Familia Clavería:
Perdón por contestar hasta ahora. Seguimos orando por ustedes en casa, sabemos que estos momentos son muy difíciles pero vemos con mucho agrado que poco a poco Dios va haciendo el milagro. Les deseamos un excelente año 2009 a todos, especialmente a Mafesita que ya ha demostrado que será una mujer fuerte en la vida. Muchas bendiciones a todos.

Abrazos sinceros.