Desde que yo tengo memoria, nunca se habían desatado tantas pasiones y expresiones de odio, repugnancia o, en el mejor de los casos, desprecio hacia una figura pública, como sucedió en la presente etapa electoral con la señora Sandra Torres (Sí, señora. Tampoco es de mi agrado, pero la educación no pelea con nadie).
Este abanico variopinto de insultos, vituperios, ofensas, comparaciones que van desde ponerla a la par de la primera dama de Francia (¡¡Qué pecado más negro!! Es algo así como un oxímoron!!) hasta comparaciones zoomorfas, no tiene parangón. Lo interesante del caso es que ni las figuras más oscuras de nuestro devenir histórico, incluidos militares sanguinarios y sus achichinques (Romeo Lucas, Ríos Montt, Ortega Menaldo, etc.), estafadores financieros (Banco de Comercio, los bancos gemelos, Autocasa, etc.), presidentes a todas luces corruptos (Portillo, Serrano, Vinicio, Berger, Arzú… bueno la verdad aquí van todos) ni ninguna otra persona lograron que se inundaran nuestras conversaciones cotidianas con tantos insultos hacia una figura pública. En este caso, su poco agraciada cara circuló con todo tipo de historias aterradoras o chistes durante todo el gobierno actual, y más intensamente cuando estaba en entredicho su candidatura presidencial.
Ahora separemos los frijoles de las piedrecitas y de los frijoles con gorgojos: el punto aquí no es ni defender ni atacar a
Por lo tanto la decisión está más que difícil, seguramente nos tocará como siempre, pedirle a Dios que nos ilumine para votar por el "menos peor" como dice la sabiduría popular, hasta que nuevamente algún día se levante por allí algún verdadero político que valga la pena. Los milagros existen mis estimados.
Yo no podré asistir a votar, pero solo de imaginarme aquella papeleta me da algo así como un vacío existencial, casi tan profundo como cuando se me acababa el café y todavía me quedaba champurrada.
Así que mis estimados, desde acá les envío un fuerte abrazo de solidaridad en este proceso electoral, así como mis más sinceros deseos de bendiciones y prosperidad, pero sobre todo de paz. Mis oraciones estarán con mi querida Guatemala, con todos ustedes mi querida familia y mis queridos amigos y les pido que también se echen un par de oracioncitas por Guate. Al final prefiero pensar que pase lo que pase, vamos caminando hacia un futuro mejor, tal vez a un paso lento, muy lento, pero allí vamos. Dios ama nuestra patria, así que paciencia y perseverancia.
Por último, recordemos que la política es un mal necesario, recuerden lo que decía Bertolt Brecht: “El peor analfabeto es el analfabeto político” ¿Por qué? Diremos algunos, Bertolt nos contesta:
“No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.
¡¡DIOS BENDIGA SIEMPRE A GUATEMALA Y A LOS SUYOS, TANTO DENTRO COMO FUERA DE ELLA!!
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