jueves, 27 de noviembre de 2008

DE NOMBRES Y REALIDADES

Una de las principales muestras de la creciente brecha que existe entre ricos y pobres, es el constante incremento de barrios marginales conformados principalmente por vertientes migratorias provenientes de los pueblos que confluyen en ciudades espejismo que a los ojos inocentes de los pobres, prometen muchísimo más de lo que en realidad pueden cumplir.

Muchas de estas colonias tienen nombres que nada tienen que ver con las tristes condiciones que allí se viven. Nombres que son realmente atractivos y más parecieran colocados para atraer a los potenciales negociantes de bienes raíces. Por ejemplo en Guatemala existen colonias muy peligrosas con nombres como “Ciudad del Sol”, “El Paraíso” y “Carolingia” por mencionar algunos (El nombre "carolingio" es utilizado en relación a la dinastía de Carlo Magno). Recuerdo en Costa Rica un barrio muy temido denominado “La Sagrada Familia” y la ya famosa “Ciudad de Dios” en Brasil.

Lo cierto es que muchas de las personas que allí viven, no tienen opciones reales para salir adelante. Los problemas como desintegración familiar, drogas, alcohol, deficiencia o ausencia de condiciones adecuadas de salud y seguridad, y las pandillas entre otros, impiden el desarrollo de actividades que para otros son las más comunes y corrientes; actividades como instalar un negocio, dedicarse a estudiar, hacer algún deporte o hasta tener novia o novio, pueden ser causa de una muerte anunciada en estas tierras de nadie.

Durante varios años de mi vida estuve en uno de estos barrios y me tocó ver de cerca cómo se iban destruyendo los talentos de algunos de mis amigos. Uno de los casos que más me impactó fue el de Alex que a los catorce años se había convertido en un temido pandillero de la colonia allá por los años 80’s. Desafortunadamente en una pelea callejera recibió un disparo en la columna vertebral y nunca más pudo caminar. Sin embargo tuvo la suerte de ser ayudado por un extranjero que le enseñó a descubrir su capacidad para la pintura y logró sobresalir y viajar fuera del país con su arte, hace unos días me enteré que se encontraba por Italia.

Pero esa no es la generalidad sino un caso muy aislado y poco común. Demasiados jóvenes talentosos se pierden en la maraña de conflictos que se entrelazan a los alrededores de su colonia. Parecieran enredaderas que crecen para evitar a toda costa que las personas que allí sobreviven, logren su inserción a la sociedad. Si se pudiera hacer un inventario de todos los recursos humanos que en estos barrios se desperdician entre la anarquía, la sobrevivencia y el resentimiento, quedaría de manifiesto que es de suma importancia que se creen programas que brinden oportunidades a estos jóvenes.

Lamentablemente existe cierta discriminación en el ambiente cuando se presenta alguien que venga de estas colonias, pero no es bueno generalizar en ningún aspecto de la vida. Ya es hora que vayamos aplicando aquello de

“No cortemos la cizaña, no sea que con ella cortemos también el trigo”.



Foto tomada de aqui.

6 comentarios:

Fernando Manero dijo...

Es una realidad terrible que hay que ver de cerca para valorar lo que significa y lo que supone para las personas que residen en esos espacios. Su número aumenta sin cesar, así como la población que fluye hacia ellos y forma esas sociedades marginales donde todo lo peor es posible. Yo también conozco casos de jóvenes marginales que han terminado de manera trágica y que jamás han logrado recuperarse. Pero lo más grave es que no existen políticas públicas que aborden la situación de estas periferias, que también existen en el mundo del desarrollo y que revelan la incapacidad de las instituciones para afrontar una realidad sobrecogedora, ante la que muchos prefieren mirar para otro lado.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Admiro mucho tu sensibilidad. Muchas veces pienso si no estaremos perdiendo una brillante mente, un nuevo Einstein, en uno de esos niños que inhala pegamento en El Incienso. Hace falta "materia gris" para los retos del futuro y algo se hace muy mal para desperdiciarla de ese modo. Pobre Alex.

Querido amigo, mi agorafobia viene determinada por una enfermedad crónica que padezco llamada colitis ulcerosa. Más que miedo a los espacios abiertos como bosques o campos - ahí me siento seguro - mi modalidad se presenta en lugares donde hay mucha gente (mercados, estadios, incluso en la misma calle).

(Quise ponerte esto por email pero no lo encontré en tu perfil).

El mío: goathemala@gmail.com

Abrazos.

EDS dijo...

Don Fernando:
Tiene mucha razón en cuanto a que muchos prefieren ver hacia otro lado y vivir circunscritos a realidades que no siempre duran. Gracias por sus comentarios.

Goathe:
Creo que el subdesarrollo es ese circulo vicioso en el que se pierden lo mejor, y por consecuencia no salimos adelante y viceversas.

Gracias por compartir lo de tu agorafobia, no conozco el tema, por lo que no sabía de esta modalidad. Te envíe un correo. Muchas gracias por tus amables comentarios y opiniones. Abrazos.

Indigo dijo...

Y tambien que a nuestros gobiernos latinos les conviene tener una poblacion indigente de mentes vacías y ojos inmóviles viviendo en esas condiciones porque si los cabrones (que de cabrones no tienen nada) se llegaran a despertar de la pesadilla que los margina, entonces...entonces...la cosa sería otra.

Anónimo dijo...

Y a pesar de ser todo tan evidente, casi nadie se toma la molestia de conectar los puntos y averiguar de donde salió toda esta gente y porqué se asentó allí...(todo empezó en los años 80, cuando mucha gente de los departamentos emigró a la ciudad simplemente para salvar la vida).. y si a eso se le agrega la anacrónica o inexistente planificación municipal, el problema queda tan claro como el agua...

Saludos

EDS dijo...

Indigo:
Ojalá que algún día realmente despertemos todos como pueblo y hagamos un verdadero cambio. Abrazos y gracias.

Quintus:
Lamentablemente no hay voluntad política de cambiar esta triste situación. Pero eso si, se siguen construyendo mini ciudades amuralladas tan ajenas a la realidad nacional. Gracias por la visita y comentarios.